Somos del sur
hechos a palo y candombe,
de algo que en rigor se opone
al afán de sonar bien.
Y aunque nos cuesta bate el parche su verdad,
que solo golpe a golpe se revelará.
Pese a los contratiempos
hay buena madera,
dar en la clave es el tema
y juntarnos mas y mas.
Somos del sur
dónde crecer cuesta tanto
porque amor y desencanto
vibran aún por igual.
Pero la cuerda no se corta y sigue allí
repiqueteando su esperanza de adoquín.
Hay ronda de cueros
afinando en la plaza,
la misma hoguera que abraza
nuestro sueño a de templar.
Que no es tarde
mientras se oigan los redobles
de la cuerda de tambores por las calles
contagiándonos su fuerza
con la mano siempre abierta a entregarse,
y su paso firme y justo,
que nos queda bien y mucho por hacer.