A ciegas

De tanto telefonearnos por asuntos del laburo,

sin conocernos siquiera más que la voz al desnudo.

Creció con cada palabra la intriga de quien no ha visto,

vasto para imaginarte tu dulce tono al oído.

Vasto con marcar tu nombre, concebir la cita a ciegas,

las miradas expectantes y el encuentro en la vereda.

Yo soy y tu eres quien somos, los que sin red se presentan,

me vasto para apreciarte un café previo al cinema.

Vasto ver “ Plata Quemada ”, ir más tarde a comer juntos

y caminar por Corrientes la noche de un tres de junio,

Vasto con tomarte apenas la mano por un segundo

para salvar la ternura del aquelarre del mundo.

Fiel reflejo fue tu voz

de tan bello ser,

la noche en que los dos

tentamos las calles

deseando la cita a ciegas.

Pato Ageitos